—¡Ahora, no, Lázaro; ahora, no! Ahora cree
otra cosa, ahora cree...
—Mira, Angela, una de las veces en que al
decirme Don Manuel que hay cosas
que aunque se las diga uno a sí mismo debe
callárselas a los demás, le repliqué que
me decía eso por decírselas a él, esas
mismas, a si' mismo, acabó confesándome que
creía que más de uno de los más grandes
santos, acaso el mayor, había muerto sin
creer en la otra vida.
—,Es posible?
—Y tan posible! Y ahora, hermana, cuida
que no sospechen siquiera aquí en el
pueblo, nuestro secreto...
(Miguel de Unamuno, “San Manuel Bueno,
mártir,” líneas 839-847)
En esta cita la chica aprende una cosa que
prefería no saber y no quiere creer que es verdad. Su hermano dice que San
Manuel no creía en una vida después de la muerte. Pero toda la gente del pueblo
no lo sabía porque él hizo tantas cosas buenas y le enseñó la religión. El hermano
de Angela no creía en la religión pero después de pasar tiempo con San Manuel,
él empezó a creer en San Manuel no la religión. Para Angela, el conocimiento
que el hombre en quien ella creía y confiaba realmente él no era el hombre que
ella pensaba que era.
Eso me hizo pensar en como los padres
dicen cuentos a sus niños sobre Santa Claus, el Easter bunny, la tooth fairy,
los Reyes Magos, etc. Los niños creen en estos personajes porque tienen confianza
en sus padres y también porque el misterio de los personajes es divertido para
ellos.
Mi amiga me dio la permisión decir un
cuento de ella:
The story of
how I found out the sad, sad truth.
When I was
ten years old, I learned a bitter truth. It was the night before Easter and I had
been in bed for a little while. I had tried sleeping but I don’t think I was
ready for that just yet. I decided that I wanted to get a drink of water
because I couldn’t sleep and maybe it would help. So I got out of bed and
headed for the kitchen. I got out a cup, filled it with water and started to
drink. That’s when the world as I knew it ended. My mom walked out of her room
carrying some baskets filled with candies, treats and other fun things. Those
were our Easter baskets.
“Why does
she have those?’’ I remember thinking and before long the terrible thought
arose in my mind. “Mom? Are you the Easter bunny?” I asked her quietly.
She turned
and saw me, a worried expression flashed across her face. “What are you doing
up?”
Tears welled
in my eyes and before I knew it, she was helping me get more water and sending
me back to bed. I went to my older brother’s room because I had a feeling he would
know how to help me.
I sat in his
room thinking to myself and saying “It was all a lie!” over and over while my
brother tried to tell me that it wasn’t. All those years the Easter bunny was
really just my mom and probably my dad too. And if the Easter bunny wasn’t
real, what does that mean about the tooth fairy? And… Santa Claus?
“None of
them are real, are they?” I asked my brother.
“Yes of
course they are real,” he insisted, trying to convince me of it; but there was
no going back. The damage had already been done.
I decided to
create a makeshift bed out of blankets on the floor in my brother’s room. I
tried to sleep again but this time it was even more difficult with all the
thoughts swirling through my head. Eventually I slept, and now, looking back, I
can see that those characters, the Easter bunny, Santa Claus, the tooth fairy,
etc. were to give me hope and something to believe in while I was growing up.
Bueno yo creo que en el caso de mi amiga,
era el tiempo de saber que no existen los personajes de los cuentos pero en el
caso de Ángela no era necesario saber que San Manuel no creía en la vida
después de morir. Ella podía continuar pensando todo bueno de San Manuel porque
él era un buen hombre y la información extra le dio algo menos bueno de él en que
siempre pensaría cuando piensa en él en el futuro.